Ruta de alpinismo estival realizada el fin de semana del 19, 20 y 21 de agosto de 2022.

La ruta comenzó desde la Hoya de la Mora sobre las 19:30h del viernes 19 de agosto, y para la primera ascensión se hicieron 2 grupos:

  • Un grupo fue por la vía más directa tomando las sendas y atajos que suben directos al refugio de la Carihuela.
  • El otro grupo fue por la pista forestal pasando por Borreguiles para reducir el porcentaje medio de pendiente durante la subida a costa de acumular unos cuantos km más de distancia horizontal.

En ambos casos se trata de una subida sencilla, sin pérdida, que nos deja en el refugio de la Carihuela a unos 3200 m de altitud para disfrutar de una rica cena y noche.

Foto de grupo justo antes de iniciar el ascenso al refugio de la Carihuela.

La primera noche fue un poco difícil coger el sueño para muchos de nosotros, ya que subir desde Murcia hasta 3200 m de altura en el mismo día es algo bastante exigente para muchas personas, sobre todo los que menos experiencia tienen en altura. Por desgracia, uno de nuestros compañeros tuvo que bajarse a la mañana siguiente debido a dolores de cabeza y náuseas, que arrastraba desde hacía unos días y se agravaron con la altitud.

La mañana del sábado, después de haber dormido regular, subimos a ver el amanecer al pico Veleta por la arista (unos 180+). Con el fin de semana tan despejado que tuvimos no hubo problema para ver aparecer el sol al ladito del pico Mulhacén y la Alcazaba, nuestros objetivos para ese nuevo día que empezaba.

Amanecer desde el Pico Veleta con Alcazaba y Mulhacén de fondo.

¡Team madrugador!

Así que después de ver aquella maravilla, nos bajamos al refugio para desayunar y emprender la marcha. Algunos fueron por la pista y otros decidieron tomar el paso de los guías, un pequeño paso técnico y expuesto con cadenas.

Emprendiendo la marcha desde el refugio de la Carihuela; bordeando hacia abajo a la derecha sigue la pista y justo en el centro se puede ver el desvío más técnico hacia el paso de los guías.

Paso de los guías.

Después de reagruparnos de nuevo en la pista, seguimos por la misma dirección al Mulhacén por el collado del lobo.

Una vez pasado este collado se puede continuar por la pista (visitando el refugio de Loma Pelá) o bien coger la senda de la izquierda que sube al collado de Loma Pelá para acabar en la laguna de La Caldera y su refugio (este paso es un poco más técnico pero sin dificultad para quien tenga experiencia).

Llegando al collado del Lobo por la pista, uno de los tramos más sencillos pero bonitos de la ruta.

En el collado del Lobo enfilando ya la última parte hasta la Caldera; al fondo se puede ver la pista que bordea Loma Pelá y la sendita que sube al collado.

La llegada al refugio vino acompañada de un señor almuerzo con el que cogimos fuerzas para afrontar el reto del día, el cual fue diferente para cada uno.

  • Parte del grupo decidimos hacer una ascensión al Mulhacén por la pala oeste, sencilla pero que siempre te pone en tu sitio por la altitud y el porcentaje de pendiente.
  • El resto se decidieron a tomar el Vasar Norte del Mulhacén para alcanzar el Collado de Siete Lagunas y desde ahí el Pico Alcazaba. A su vuelta, algunos de ellos se metieron por la Arista Noreste del Mulhacén y otros volvieron por el Vasar para encarar la subida a cima por la pala oeste.

El equipo que decidió afrontar el Vasar y la Alcazaba

¡Los primeros en hacer cima en el Mulhacén por la pala oeste!

Pico Alcazaba

El equipo pro haciendo cima unas horitas después en Mulhacén

Si no hubiera sido por esta fuente alguien habría pasado sed…

Es una maravilla que dentro del club haya montañeros con tanta experiencia, guías de montaña y en general apasionados que nos permitan en una misma salida realizar 3 o 4 variantes que se adapten al nivel y las ganas que tenga cada uno. Un diez para todos, de verdad.

¡Aquí no se pierde nadie!

El sábado terminó sin más pretensiones con una buena cena y noche en el refugio de la Caldera, para volver el domingo por la ruta convencional deshaciendo el camino hasta la Hoya de la Mora de una tacada y comer como reyes en Pradollano después de la cerveza de rigor en la Hoya de la Mora nada más terminar la ruta.

Un fin de semana de desconexión en el que muchos han descubierto este mundillo y otros han podido seguir entrenándose para sus próximos proyectos. La única pena es que cada verano veamos Sierra Nevada más y más seca…

¡Espero que os haya gustado la crónica! A por las siguientes cimas 😉